La Ciudad de México está convencida de que la cultura es un acelerador del desarrollo sostenible. Su Constitución reconoce el carácter intercultural, pluriétnico, plurilingüe y pluricultural de la urbe, así como los derechos culturales de sus habitantes y visitantes, en tanto vehículos de identidad, creación y expresión, libertad y reconocimiento. Su política cultural está orientada a la construcción de comunidad, a la relación con el territorio, a la recuperación del espacio público, al disfrute de los bienes culturales, al desarrollo de condiciones de convivencia y paz, y al bienestar de las personas. Por ello, se seguirá trabajando en la protección, conservación y restauración del patrimonio cultural, arquitectónico, biocultural e inmaterial de toda la ciudad.
Sin embargo, tal como sucede en otras esferas de la vida pública, los sectores sociales menos favorecidos y las periferias no han podido disfrutar de sus derechos culturales. La capital busca disminuir estas desigualdades socio-territoriales y de inequidad con una nueva distribución territorial de las políticas culturales a través de una política de descentralización y de coordinación con las alcaldías, para hacer llegar los bienes culturales a todas las personas, pues es clara la vinculación indisociable de los derechos culturales y los derechos humanos, y la importancia de la libertad y la diversidad cultural en la vida de individuos y comunidades. En este contexto, el papel de los creadores y las organizaciones sociales es fundamental para la concientización social de los derechos culturales de todas las personas, para el mejoramiento de las industrias culturales y creativas, y para la cooperación internacional cultural.
En esta ecuación, los derechos culturales de pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas residentes en la ciudad también se encuentran protegidos constitucionalmente. La capital genera estrategias de promoción, difusión y valoración de la cultura y cosmovisión indígenas, de sus formas de organización, de su relación con la biodiversidad, así como para la creación de espacios de inclusión social y bienestar.
Para la Ciudad de México, 2021 es un año significativo. En reconocimiento a su patrimonio histórico, riqueza y diversidad cultural, ha sido reconocida como “Capital Iberoamericana de las Culturas 2021” por la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI). Este reconocimiento se otorga en el marco de una triple conmemoración de la historia de la gran capital, pues se evocan los 700 años de la fundación lunar de México, 500 años de la caída de México-Tenochtitlán –punto de inflexión en el proceso de conquista del territorio– y los 200 años de la consumación de la lucha de Independencia, con la entrada victoriosa del Ejército Trigarante. Asimismo, se celebran los cien años del inicio del muralismo mexicano y del fallecimiento de Ramón López Velarde, el poeta de la patria.
Así, 2021 será un año de reconciliación histórica, integración social y económica, y dignificación de los pueblos originarios. Un año que nos dará oportunidad de repensar la cultura como factor clave para la resiliencia de la ciudad de cara a los retos que nos impone la pandemia, y el papel que la cultura juega en nuestro objetivo de convertirnos en una metrópoli innovadora y de derechos.
Con base en el principio de la Agenda 21 de la Cultura que indica que la cultura siempre responde a modelos dinámicos de relación entre las comunidades y sus territorios, el desarrollo y fomento de la cultura comunitaria adquiere una relevancia especial para que las comunidades ejerzan sus capacidades creativas, reflexivas y críticas en la Ciudad de México. Por ello, la estrategia busca un trabajo colectivo con la comunidad, para la comunidad y desde la comunidad, que atienda sus necesidades e intereses.
El Programa Colectivos Culturales Comunitarios promueve la realización de proyectos artístico-culturales de desarrollo y activación cultural en numerosas colonias, barrios y pueblos de la capital, enfocados en artes escénicas, visuales y plásticas, música, literatura, cine, patrimonio cultural y memoria histórica, imagen y arte urbano, espacios verdes y divulgación de la ciencia. Su objetivo es construir comunidades colaborativas e inclusivas. Por su parte los Talleres de Artes y Oficios Comunitarios, impulsan la formación y el desarrollo creativo de toda la población, en particular de grupos en desventaja como las personas con discapacidad; las comunidades indígenas; niños, niñas y adolescentes; mujeres; personas adultas mayores; integrantes de la comunidad LGBTTTI+; personas en situación de calle; personas privadas de la libertad, en instituciones de asistencia social y migrantes, con el fin de estimular su potencial artístico, cultural y personal.
La Ciudad de México implementó la estrategia crear espacios culturales en las 333 colonias, pueblos y barrios de la capital que experimentan altos grados de violencia y marginación social, mediante festivales comunitarios en escuelas de educación secundaria, sesiones de cineclub y libro-club, y actividades de patrimonio cultural y arte colectivo, mismas que se llevarán a cabo tanto en instalaciones de los PILARES y los FAROS (Fábrica de Artes y Oficios), como en espacios públicos.
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Con mucho orgullo, la Ciudad de México se encuentra entre las cinco principales ciudades del mundo que cuentan con mayor número de museos de historia, arte y arqueología. Si bien el confinamiento y aislamiento provocado por la pandemia de COVID-19 limitaron el acceso a estos bienes culturales, la innovación y la tecnología permitieron que las personas disfrutaran de sus derechos culturales.
Capital Cultural en Nuestra Casa es una plataforma digital gratuita que pone a disposición del público internauta recorridos virtuales de museos (tanto nacionales como internacionales), así como conciertos y eventos de música, teatro, cine, danza y literatura, propiciando más de 17 millones de interacciones. También ha servido como instrumento de apoyo a creadores y artistas afectados por la pandemia ayudando a la divulgación de sus obras. Asimismo, como parte de las acciones de cooperación internacional, se han intercambiado plataformas culturales con ciudades hermanas como Buenos Aires (Argentina), Bogotá (Colombia), Lima (Perú), Barcelona (España) y Lisboa (Portugal), acercando a las y los capitalinos a otras expresiones culturales.
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Para la Ciudad de México la economía social, solidaria y creativa es una herramienta de desarrollo económico y de generación de empleos que fomenta la autogestión y las industrias creativas y cooperativas, con objeto de satisfacer las necesidades de comunidades o colectivos sociales. A partir de la realización de ferias temáticas vinculadas con el comercio justo, la elaboración agroecológica de productos identitarios –como nopal, maguey y amaranto–, y la tecnología y sostenibilidad en distintas alcaldías, se promovió la colaboración entre el sector cultural y artístico de la ciudad con el sector emprendedor para comercializar productos que presentaran elementos artísticos o culturales.
Con este fin, se creó la Escuela Abierta de Economía Social y Solidaria para el público en general y las cooperativas. Esta ha servido como espacio de capacitación para brindar servicios culturales, artísticos y de impacto local –como los talleres en línea ofrecidos durante la pandemia de COVID-19–, para facilitar herramientas especializadas para el desarrollo de proyectos productivos y para fomentar la innovación cultural, la educación, la protección del medio ambiente y los derechos culturales. Para garantizar una mayor participación de las mujeres, se capacita a emprendedoras de la industria cultural de las artesanías para que adquieran una formación orientada a mejorar la comercialización de sus productos y, con ello, su calidad de vida y participación económica, contribuyendo así a disminuir las desigualdades que las afectan.
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Si bien la pandemia de COVID-19 limitó la realización de festivales masivos de arte, cultura y música, la Ciudad de México cuenta con una larga tradición de intercambio de expresiones y productos culturales, en los que participan el gobierno, alcaldías, asociaciones civiles, grupos colectivos y el sector privado.
Entre los Grandes Festivales Comunitarios que organiza la metrópolis está la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios, cuyo objetivo es recuperar la identidad de los pueblos indígenas, sus expresiones artísticas, su medicina tradicional, saberes y prácticas ancestrales, así como promover la continuidad y el desarrollo de las culturas indígenas que existen en la gran urbe y que no han contado con un apoyo sistemático para mejorar su calidad de vida.
A causa de la pandemia, se ha continuado de manera virtual con la celebración de festivales como el de Igualdad y Tiempo de Mujeres –dedicado a las aportaciones y derechos de las mujeres–, además de Noche de Primavera, la Feria Internacional del Libro en el Zócalo y la conmemoración del Día de Muertos, reconocida como una de nuestras grandes tradiciones culturales.
La Feria Internacional de las Culturas Amigas (FICA) nació en 2009 como respuesta de amistad y solidaridad con el mundo tras las afectaciones que padeció la capital debido a la epidemia de la influenza AH1N1. Entre diciembre de 2020 y mayo de 2021, la FICA se llevó a cabo de manera virtual, exponiendo la cultura, saberes, gastronomía y productos de más de 60 países participantes de todas las regiones del mundo a través de una tienda virtual. ¡Se espera pronto regresar renovados con el mensaje de amor, amistad, solidaridad y esperanza que siempre han caracterizado a la FICA y a la Ciudad de México!